28/12/08

Entrevista a Mireia Mollà

Levante-Emv, 28-12-2008


Es con su ex compañera de grupo parlamentario, Marina Albiol, la benjamina de las Corts Valencianes. Tiene 26 años, es de Elx, estadística, miembro del Consell de Iniciativa y por tanto de izquierdas.

LA GALERÍA DE J. R. SEGUÍ -¿Qué hace una mujer de 26 años metida en primera línea política?
-Pues intentar darle un toque diferente a lo que ha sido la política hasta el día de hoy. Ofrecer algo más joven, renovador y con una visión más cercana a los problemas de la gente.
-¿Y por qué se metió en ella?
-Durante toda mi vida he vivido rodeada de compañeros políticos y siempre me preguntaban qué pensaba, hasta el punto de que, a veces, lo que les decía se transformaba en una iniciativa o acción de gobierno. A partir de ahí entras en una lista y todo comienza a ir rodado. Si hubiera estado en una organización en la que no se me hubiera valorado no habría seguido.
-¿Qué ofrece la política a gente como usted cuando otros muchos jóvenes están pensando todavía cómo encontrar su propia salida personal o profesional?
-En mi caso cosas buenas que son con las que me quedo, aunque también hay otras decepcionantes.
-¿Me ofrece algún ejemplo?
-Pues poder comprobar dentro de la política municipal que aquello que propones se materializa y beneficia. Ver transformado el día a día de una persona es la mejor satisfacción.
-¿Y la negativa?
-Comprobar como de la mano de mucha gente hay posibilidades de desarrollar ideas buenas y que no lo hacen por voluntad propia. Aquí, en las Corts, estoy rodeada de conselleres y diputados que son alcaldes. Ellos tienen en sus manos muchas posibilidades que de forma deliberada no ejecutan. Cuando, por ejemplo, se piden cosas tan simples como más administrativos en un colegio porque no dan abasto y ves que nadie se inmuta, pues es decepcionante. Y es sólo un ejemplo.
-Otros lo entenderían como exceso.
-Más bien diría que el exceso es que el Partido Popular está endiosado y lógicamente aquello que no le va rendir de forma partidista no tiene voluntad de desarrollarlo. Así que sólo se involucra en lo que puede beneficiarle. Lo demás es secundario o invisible.
-¿Cree en las ideologías?
-Existen y además se nota en la cantidad de gente que hay desarrollándolas en todo tipo de organizaciones que creen en lo que hacen y lo realizan de forma voluntaria.
-Marx fue enterrado hace años por algunos partidos de izquierda. ¿La teoría aún es posible hacerla práctica?
-La teoría se tiene que llevar a la práctica. El mundo se transforma de una forma más rápida que la teoría, pero las bases teóricas hay que tenerlas presentes. Es como los problemas matemáticos. Al final has de saber cómo llevarlos a la realidad. Los números se transforman para aplicarlos. Uno siempre basa en sus teorías e ideologías lo que propone para la acción directa. No creo que haya que lastrar las ideologías del pasado para el discurso diario. Uno, ante todo, ha de saber dónde está, qué quiere y a partir de ahí avanzar. No me gusta quedarme en los discursos.
-¿Cuando su generación llegue al poder cree que podrá cambiar el mundo?
-Lo que espero es que todas las generaciones piensen en cambiarlo porque no es justo. Mi generación ha vivido y viene de un mundo injusto y se ha dado cuenta de que el actual lo es.
-¿Y qué cambiaría?
-Pues los sistemas
-¿Los sistemas de gobierno?
-También. Al final, los gobiernos, en muchas ocasiones, dejan de ser la herramienta del ciudadano para cambiar sus vidas y se convierten en un brazo ejecutor de intereses que nada tienen que ver con ellos.
-¿Cómo sería su gobierno?
-Para empezar debería contar con la opinión del pueblo. Hoy no es así. Cuando los partidos llegan al poder parece que sólo hayan contado con el ciudadano para depositar su voto. Y luego los mecanismos de participación no se desarrollan.
-¿Y no tiene la sensación que de es la sociedad la que parece narcotizada?
-Es que el encanto de la política no siempre gusta al ciudadano. Estoy de acuerdo en que hay una gran parte de la sociedad desencantada de la política y la culpa la tienen quienes nos han gobernado o aquellos políticos que se han dedicado a desprestigiarla.
-¿Cómo cambiaría la inercia?
-La primera premisa sería volver a darle el poder a quien lo tiene. Los foros de participación abiertos, plurales y sin manipulaciones son vitales.
-¿La relación entre los políticos de distinto signo es tan agría como la que se suele transmitir?
-Los políticos somos personas normales y corrientes que nos llevamos mejor o peor y que a la hora de trabajar intentan buscar una cordialidad. Dentro de nuestro mundo impera la cordialidad, pero cuando te enfrentas a problemáticas que de verdad tocan la fibra no hay amistades y hay que ponerse guerrero. Y más cuando hay rodillo o incomprensión.
-¿Y no será también que los partidos mandan demasiado sobre las personas?
-Yo eso en mi caso no lo he vivido.
- No me diga eso porque dentro de su grupo han vivido recientemente una bronca interna y externa de las que no se olvidan y el voto no suele ser en conciencia sino colegiado.
-Y estas personas que estábamos ahí hemos pensado en cambiar el rumbo. Yo las órdenes no las entiendo. Siempre debe existir la coherencia política por encima de una orden de partido, aunque también es verdad que un partido es como una institución.
-¿Qué es hoy ser de izquierdas?
-Sobre todo valorar a la personas y sus derechos sociales.
-¿Y ser derechas?
-Pues implica que muchas veces los intereses primen por encima de las personas.
-¿Y cómo explica que desde la izquierda pueda acabar alguien en la derecha o viceversa?
-Los extremos siempre se unen vengan de donde vengan. Los extremos se pueden juntar todos. Poco distan los unos de los otros. En muchos aspectos no hay diferencias y pueden llegar a ser igual de dañinos
-¿Las Corts es lo que se imaginaba?
-Como institución sí, pero no pensaba que iba a encontrarme un Partido Popular como el que hay. Pensaba que la institución sería capaz de abordar los temas importantes con seriedad, rigor y respeto.
-¿Temas como cuáles?
-Pues para empezar la crisis económica, que es lo más importante. Aquí no se habla de crisis. Los temas medioambientales es una temática para lo políticamente correcto y que alguien se ponga medallas. La educación es un circo... y aún vienen a esta casa...
-Se está poniendo usted muy programática y ya sabe que no formaba parte del guión.
-Bueno, pero es que hay muchos temas importantes que algunos se toman a mofa como si no existieran.
-Vale, pues entonces imagínese que el parlamento valenciano tuviera una media de 26 años ¿Cómo sería?
-Muy parecido. Al final cada uno no viene mandado por su edad. La edad cambia con los años y su trasfondo no cambiará con la edad. El cambio sólo sería visible.
-¿Debería existir una edad mínima y una máxima para dedicarse a lo suyo?
-No soy de la opinión de poner límites.
-Pero las visiones deben de ser muy distintas en cuestión de edad cuando usted es una de las más jóvenes o Cholbi el más veterano, por no hablar de Gloria Marcos que estaba en su propio grupo y tiene una forma distinta de entender la acción política.
-En el caso de Cholbi no me une nada ideológico, pero él tiene una perspectiva del día a día que es importante tener en cuenta. Con Gloria Marcos tampoco me une nada más que lo que salga en cualquier debate y votemos a favor. Su forma de desarrollar la política no es la mía y no creo que tenga nada que ver con la edad.
-¿El caso de la diputada que ha podido votar desde casa y algunos sectores han aplaudido porque así se puede conciliar su vida familiar con la profesional no será también que existen muchos diputados a los que gustaría poder votar desde el sillón de su comedor?
-Algunos toman las Corts como su casa. Se pegan unas fiestas, andan campantes por aquí como si fuera su casa... hay algunos que no no notan la diferencia... Pero en serio, creo que todos disfrutan estar aquí. Es importante valorarlo.
-No me dirá que todos se lo creen de la misma manera.
-¡Hombre, claro que no! Hay muchos que no se lo creen, pero a los que les gusta estar en primera línea por los beneficios que les pueda suponer no porque se lo crean. Por eso intentan que las Corts sean más insignificantes que otras instituciones.
-¿Se ha puesto una meta política?
-No. 
-Pero alguna vez habrá pensado hasta dónde le gustaría llegar.
-  Bueno, cuando en el colegio me preguntaban que querías ser de mayor yo decía que sería la primera mujer presidenta del Gobierno.
-¿Presidenta autonómica o central?
-Me gustan todos los niveles. Pero no es porque sea ambiciosa sino simplemente porque me gustaría que la voz de mi partido se viera gobernando. Sentiría que estoy igual de representada si en mi lugar estuviera cualquier otro compañero.
-¿Es verdad que su padre- Pasqual Mollà- es su Pepito Grillo?
-No, aunque tenemos muchas conversaciones. Siempre he sido muy independiente. Me han dado todo el margen posible para poder equivocarme, discrepar...
-¿Qué día de la semana deja de ser diputada?
-Lo soy de lunes a lunes. Aunque como miren para otro lado y no tenga actividad clara me voy con mis amigos y muchas risas.
-¿Sus amigos son todos de izquierdas?
-No, y discuto con ellos. Con los más centristas discuto de asuntos económicos porque alguien se ha encargado de lanzar el mensaje de que en la izquierda prima lo social y no interesan otros temas.
-¿Y como ellos, también piensa que el futuro es gris? Mire las protestas en Grecia o el Plan Bolonia.
-Lo que sucede es que los jóvenes no están disfrutando de un presente justo. La juventud no está siendo para nada el punto de mira de muchas acciones a desarrollar. Ya sea por el tema del trabajo, la vivienda, la enseñanza... hay muchos debates que no se afrontan y cuyos principales protagonistas son los jóvenes. Por eso ven un futuro incierto. Es ahí donde se demuestra cómo está valorada la juventud. Hay temas como la emancipación, el trabajo o la vivienda que son necesarios afrontar de forma prioritaria. Los jóvenes no son la herramienta de la precariedad laboral.
-¿Es usted más de leer o de bailar?
-De bailar y bailo de todo.
-¿A quién sacaría a bailar?
-Ya he bailado con Ángel Luna y es un buen bailarín. Pero creo que sacaría a bailar a Zapatero, porque necesita bailar un poquito.
-Ya sabe que la mayoría de los españoles suele elegirlo como la persona con la que se irían de cañas.
-Es que en los bailes se habla de muchas cosas.
-¿Y qué le diría?
-Que no mire tanto a la derecha porque en la izquierda hay muchas cosas buenas que está dejando pasar.
-¿Y con el Presidente Camps que ritmo elegiría?
-No me inspira mucha confianza.
-Alguien de su gobierno habrá que le anime.
-En su gobierno hay poco salvable. Aunque sacaría a  Gerardo Camps para intentar convencerle de que haga una política económica diferente a la que está haciendo.
-¿La mujer continúa siendo la asignatura pendiente en la vida política?
-Es evidente y triste también decirlo pero la mujer hay cierto momentos que continúa siendo la cuota. El simple hecho de que la mujer no sea protagonista en debates importantes... ¿Por qué una mujer no puede tener una conselleria que se valore mucho? Hasta la forma de expresarse en política es muy masculina. Hay muchas asignaturas pendientes, como, por ejemplo, normalizar el vocabulario. Existen temas como la violencia de género o la discriminación en el trabajo que en esta cámara no se habla.
-¿La política es un oficio o un tránsito?
-Un trabajo. Pero mi objetivo no es vivir de la política. Ahora es mi trabajo y cuando toque sufriré la transición que debería vivir todo político. Hay que ser profesional en el trabajo político. Tampoco soy partidaria de ponerle límites temporales. Lo que está claro es que aferrarse a este trabajo puede hacerte perder los pies del suelo. Es bueno que la política se pueda convertir en una vocación. Un buen político debe tener capacidad para saber cómo y cuándo retirarse. Pero si me pregunta si hay muchos políticos que, hoy por hoy, no saben ni tienen capacidad de abandonar sus cargos y enfrentarse a otro mundo que no sea político sí, muchos.